"Mi padre tenía una granja, en donde las gallínas ponían huevos para la venta. Un día, mi padre me pidió que porfavor revisara cáda huevo, y los huevos defectuosos los dejara en un canastillo para la panadería, y los buenos, para la venta. Y así comenzé a revisar cáda huevo pasándolos por la luz de la llama de una vela, como debía hacerse; revisando uno por uno. Para cuando mi padre volvió, notó que en el canasto de los huevos defectuosos habían más de 300 en una hora; y me preguntó por qué. Yo le contesté que cáda huevo tenía su imperfección, la cáscara blanda, media quebradiza, débil, de color raro, de contenido demasiado líquido; y al final concluí que todos tenían imperfecciónes..."
- Pues es verdad. Cáda uno de nosotros tiene imperfecciónes, unos con más y otros con menos, pero todos las tenemos.
- Ah si?, y cuál es mi imperfección? entonces?
- Le encanta ser un ganador, señor.
jueves, 31 de julio de 2008
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